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El mapa superior muestra 10 zonas geográficas de importancia fundamental para la historia de la escritura: 1. Sistemas mesopotámicos (pictográficos y cuneiformes). 2. Sistemas egipcios (jeroglífico, hierático y demótico). 3. Sistemas cretenses y minoicos. 4. Sistemas del valle del Indo. 5. Sistemas pictográficos hititas. 6. Sistemas chinos. 7. Sistema pseudo-jeroglífico de Biblos. 8 Alfabeto cuneiforme de Ugarit. 9. Sistema proto-sinaítico. 10. Alfabeto fenicio. Nociones básicas
El origen de la escritura: Mesopotamia La cuna de la escritura se encuentra en esa región donde el Tigris y el Eufrates corren paralelamente durante muchos kilómetros para, finalmente, confluir en una sola corriente de agua. Los descubrimientos arqueológicos llevados a cabo en Mesopotamia durante el siglo XIX pusieron de manifiesto que, aunque el término "cuneiforme" podía ser aplicado con toda corrección a la mayor parte de la vida de la escritura sumeria, no era apropiado para sus primeras fases. Se observó que los signos de las tablillas más antiguas descubiertas durante las excavaciones en la Mesopotamia oriental, no ofrecían rasgos cuneiformes, y pronto se descubrió que cuanto más antiguas eran las tablillas, tanto más se asemejaban sus signos a simples dibujos, tal como se encuentran en muchos otros sistemas pictográficos, como el jeroglífico egipcio, por ejemplo. Así, a medida que se fue haciendo evidente que la escritura cuneiforme mesopotámica había evolucionado desde una etapa pictográfica, comenzaron los intentos para reconstruir en detalle las diversas fases del desarrollo. El antepasado de la escritura: El pictograma El diagrama inferior muestra esa evolución a la que hacíamos referencia de los signos pictográficos a los cuneiformes. El signo representado es dingir, que significa "dios" o "cielo"; los nombres son de lugares y de civilizaciones; las cifras son años antes de Cristo.
Las dos tablillas de la figura inferior fueron halladas en Tell Brak y representan una cabra y una oveja, acompañadas cada una con el número 10. Son de las primeras representaciones proto-semíticas, ya que muestran los animales enteros, no solamente la cabeza de los mismos.
La tarea se ha simplificado considerablemente por el reciente descubrimiento en Uruk (el Erec de la Biblia, actual Warka) en la Mesopotamia meridional, de un millar de tablillas que proporcionan una imagen bastante clara del desarrollo de la escritura mesopotámica en sus primeras etapas.
La causa de la escritura: La economía La escritura sumeria tuvo su origen en las exigencias propias de la economía y administración públicas. Con el aumento de la productividad del país, como resultado de los sistemas de canalización y de irrigación inspirados por el Estado, el exceso de la producción agrícola acumulada tuvo que conservarse en los depósitos y silos de las ciudades, lo que exigió llevar una contabilidad de los productos que ingresaban en la ciudad, así como los manufacturados que salían para el campo.
Las formas más sencillas de registros sumerios están representados por cartelas o etiquetas que muestran perforaciones con restos de cuerda con las que estaban originalmente atadas a un objeto o grupo de objetos. Estas etiquetas, generalmente de arcilla y rara vez de yeso, no contenían más que la impresión de un sello de cilindro, o sea, la marca de propiedad del remitente de los objetos y, además, a veces, marcas indicando el número de objetos enviados, pero ningún signo que señalase la naturaleza de los objetos mismos. Las limitaciones de este sistema son evidentes; aunque el destinatario de los objetos conocía en el momento de qué objeto se trataba, ya que venían acompañadas por los rótulos, una vez que éstos se separaban de los objetos, la conexión se iba perdiendo y olvidando gradualmente. El hecho de que por este método era posible registrar solamente los nombres de las personas que poseían sellos cilíndricos, constituía otra limitación más.
Todas estas limitaciones condujeron rápidamente a la ampliación del sistema, que consistía en dibujar los signos correspondientes a los objetos y sustituir los sellos por signos escritos. Aunque resulta bastante difícil interpretar las pequeñas tablillas de la figura superior, resulta claro que los signos no pueden representar más que objetos y personas. Más desarrollada y de más fácil interpretación es la figura inferior, una tablilla de contabilidad con multitud de minúsculos cuadros en el anverso, cada una con un número en forma de semicírculo y un nombre de persona expresado por uno o más signos. Lo que se envía o se asienta está expresado en el reverso, donde se lee claramente "54 buey vaca", es decir: "54 bueyes (y) vacas" o "54 reses". Es evidente que no importaba nada al asentador que los bueyes o las vacas perteneciesen a personas determinadas y no hay nada que indique si el ganado era traído por diferentes personas o enviado a ellas.
Las tablillas de Uruk y Jemdet Nasr son, pues, el comienzo de la escritura sumeria. Las inscripciones de esas antiguas tablillas consisten de breves registros comerciales o listas de signos para la preparación de escribas. Los signos son mayoritariamente pictográficos: es decir, el signo para un buey se parece a la cabeza de un buey, el signo para trigo se parece a una espiga de trigo y el signo para día es una pictografía del sol saliendo por el horizonte.
La tablilla inferior de Jemdet Nasr no ha podido ser traducida en su integridad, pero ilustra el carácter general de los textos más antiguos. Cada columna tiene que ver con las mercancías estipuladas para cada día en particular.
El 85 por ciento de las tablillas contienen información económica sobre las entradas y salidas de los templos de las ciudades de alimento, ganado y ropa. También se han podido identificar algunos nombres de lugares relacionados con Sumer, como Kish y Eshnunna al norte, Aratta (en alguna parte de las montañas de Irán) y Dilmun (moderno Bahrein). El 15 por ciento de las tablillas contienen listas de nombres, incluyendo mercadería, animales y oficiales. Esas listas eran compiladas, seguramente, para establecer y enseñar a los escribas un sistema de escritura reconocible y definitivo. Es interesante que esas mismas listas aparecerán 600 años más tarde, mostrando la consistencia de esta tradición. La tablilla inferior es relativa a la propiedad de campos. Procede de Shuruppak y pertenece al período aproximado en torno al 2600 a. C. Entre sus dos caras tiene 104 anotaciones, cada una registrando la extensión de un campo y el nombre o título de su dueño. Entre estas personas hay dos comerciantes, varios escribas, un pescador y muchas otras profesiones; también se registran cantidades de grano para semilla.
La evolución de la escritura: El cuneiforme La limitación de este tipo de escritura es evidente y fue lo que indujo a la evolución hacia el sistema silábico. Dibujar la cabeza de un buey para representar un buey es bastante lógico, pero ¿cómo decir que el buey está vivo o está muerto? ¿cómo registrar el nombre de la persona que lo trajo? Para comunicar esas cosas de manera eficaz se necesita algo más que dibujar imágenes. Tienes que expresar ideas. Tienes que ser capaz de registrar un lenguaje hablado. El alfabeto no fue inventado hasta 1.500 años después, pero los primeros escribas usaron sílabas en su lugar. Esta fue la revolución que originó el sistema cuneiforme sumerio de escritura.
Los números se han encontrado escritos en textos cuneiformes de todos los tipos, desde el principio de la escritura, más de 3.000 años antes de Cristo, hasta los últimos textos en el 75 d. C. A lo largo de tan gran espacio de tiempo el sistema de escribir cifras ha variado junto con el desarrollo del resto del sistema pictográfico y cuneiforme. La lectura de la escritura La tablilla inferior procedente de Uruk muestra una transacción referente a cebada. Debajo de esta figura hay otra en la que por colores se muestran las distintas partes que componen el texto.
El sistema numérico En todos los períodos el sistema numérico usado por sumerios, babilonios y los que tomaron dicho sistema de ellos, es una combinación del sistema decimal y del sistema sexagesimal (base 6). En esta etapa, los números se escribían haciendo presión con la punta grande o pequeña de una caña sobre el barro, bien de forma vertical o inclinada.
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