Dada la escasa existencia de
testimonios escritos por los aborígenes de las Islas Canarias tenemos que
recurrir a la información facilitada por los historiadores que narraron la
conquista de esas Islas. Al no ser lingüistas hay que tener reservas sobre
las conclusiones y afirmaciones que realizan y también contrastarlas entre
sí. Entre esos historiadores se encuentra Gaspar Fructuoso (1522-1591),
quien en su obra Saudades de Terra escribe lo siguiente:
'He dicho ya que los habitantes de estas Islas Canarias
tenían su propio lenguaje bárbaro, cada isla el suyo propio, con el que se
entendían. Dicen que haciendo la guerra los romanos a los de Cartago, y
venciéndolos en ella, cortándoles las lenguas a muchos, los pusieron en
barcos en el mar, que saliendo por el estrecho de Gibraltar llegaron a las
Canarias que en aquellos tiempos estaban desiertas, y de estos
cartagineses se poblaron, y como no tenían sus lenguas enteras con las que
hablar, sus hijos y descendientes inventaron cada uno en la isla en que
habitaba un nuevo lenguaje: y por eso cada una de estas islas tenía su
propio lenguaje diferente del de las otras. Y en una misma isla se
encontraban también lenguajes diferentes (!) en diversas partes de ésta,
donde en partes distintas habían desembarcado con las lengua cortadas. Se
dice también en estas Islas Canarias y existe esta presunción, que algún
Rey de aquella parte de Berbería que por estar más cercana es vecina y por
algún disgusto que tendría a causa de algunos vasallos o de pueblos
súbditos, como castigo de alguna rebelión o delito, les habría mandado
cortar parte de las lenguas con las que hacen los alborotos y los motines,
y los habría expulsado de su país en embarcaciones en las que llegaron a
las Canarias a poblar aquella siete islas desiertas, y en cada una de
ellas los desprovistos de lengua o sus descendientes inventaron nuevos
lenguajes. También podría ser que aunque estos canarios no trajesen las
lenguas cortadas, las cortó el transcurso del tiempo (que todo lo cambia),
y así se cambió el primer lenguaje que ellos hablaban al principio en
diferentes y diversos lenguajes como los que tienen ahora. Por haberse
separado los unos de los otros en las diversas Islas y en varios lugares
de cada una de ellas así cambiaron los lenguajes porque el gran número de
años ha corrompido la primera lengua antigua que todos traían
conjuntamente, y esto parece que es así por la razón que ha dado un tal
Andre Minz, hombre noble y honrado, hijo de Antão
Miz de la Costa dos Monizes de esta Isla de San Miguel, habiendo siso
residente en la localidad del Rabo de pez, término de villa de Riberia
grande de esta misma isla. El cual, al pasar a la Isla de Tenarife, una de
las siete Islas Canarias, y habiendo residido allí muchos años teniendo
particular amistad con un hombre honrado canario, natural de Gran Canaria,
que se llamaba Antón Delgado, asombrándose de que los naturales de
aquellas islas no tuviesen memoria de dónde procedían, y preguntándole si
tenía de eso alguna noticia, le respondió Antón Delgado sonriéndose que de
donde podrían proceder sino de la Berbería que estaba allí tan cerca. Y
Andre Minz le replicaba que eso no podía ser así porque si fuesen de ahí
entonces tendrían la ley la secta de los moros y la misma lengua, a lo que
Antón Delgado le respondió diciendo, parece que en aquel tiempo en que los
habitantes de las Islas Canarias llegaron aquí desde las tierra de África,
aún no existía la sexta de Mahoma que tiene los moros ahora porque yo
entiendo tres lenguas, conviene a saber la de Canaria, Tenarife, y la de
Gomera, y todas se quieren parecer al lenguaje de los moros. Y además dijo
Antón Delgado, que eso bien parecía ser así porque los Canarios tenían las
mismas costumbres que los moros, y parece que aunque cambiaron el lenguaje
que traían al principio, no cambiaron algunas costumbres de su país que
habían visto con sus ojos y que allá usaban entre ellos. Y aunque los
canarios tengan variedad, casi toso sus lenguajes tienen un parecido a los
de los moros.'
Otro narrador de la conquista fue
Abreu Galindo, quien en 1632 escribió Historia de la conquista de las
siete islas de Gran Canaria en la que dice:
'Dejadas alteraciones y opiniones que acerca de la
venida de los naturales de estas islas hay de donde hayan venido, la más
verdadera es que los primeros que a estas islas de Canaria vinieron fueron
de África, de la provincia llamada Mauritania, de quien estas son
comarcanas, al tiempo de la gentilidad, después del nacimiento de Nuestro
Señor Jesucristo.'
En un momento dado el autor comenta
la procedencia de los aborígenes de estas islas, rechazando la posibilidad
de que tuvieran algo que ver con las tribus perdidas de Israel, pues ni su
lengua ni sus costumbres apoyarían tal origen, decantándose más bien por
considerarlos descendientes de los indios. Al igual que Fructuoso comenta
la historia de las lenguas cortadas:
'En la librería que de la Iglesia Catedral de Señora
Santa Ana de esta ciudad real de Las Palmas tenía, estaba un libro grande
sin principio ni fin, muy estargado, en el cual tratando de los romanos
decía que teniendo Roma sujeta la provincia de África, y puestos en ella
sus legados y presidios se revelaron los africanos y mataron los legados,
y los presidios que staban en la provincia de Mauritania, y que sabida la
nueva de la rebelión y muerte de los legados y presidios en Roma,
pretendiendo el senado romano vengar y castigar el delito e injuria
cometidos, enviaron contra los delincuentes grande y poderoso ejército y
tornaron a sujetar y reducir a la obediencia y porque el delito cometido
no quedase sin castigo, y para escarmiento de los venideros, tomaron todos
los que habían sido caudillos principales de la rebelión cortaronles las
cabezas, y otros crueles castigos, y a los demás que no se les hallaba
culpa más de haber seguido el común, por no ser destruidos por extirpar en
todo aquella generación, y que no quedasen descendientes donde sus
parientes habían padecido y no fuesen por ventura causa de otro motín, les
cortaron las lenguas, porque do quiera que aportasen no supiesen referir,
ni jactarse que en algun tiempo fueron contra el pueblo romano. Y así
cortadas las lenguas hombres y mujeres e hijos los metieron en navíos con
algun proveimiento y pasándolos a estas islas los dejaron con algunas
cabras y ovejas para sustentación, y así quedaron estos gentiles africanos
en estas siete islas que se hallaron pobladas... y que esto sea verdad que
hayan venido de África los primeros pobladores de estas islas lo da a
entender la proximidad que hay de la tierra firme africana con esta islas,
pues entre ella y la primera isla que es Fuerteventura, solamente hay diez
y ocho leguas, poco menos. También me da a entender que hayan venido de
África los muchos vocablos que se encuentran en los naturales de estas
islas con las tres naciones que había en aquellas partes africanas, que
son berberiscos, azanegues y alarabes, porque tele que es la más antigua
población de esta isla Canaria, y Gomera, y Orotava en Tenerife, son
nombres que se hallan en el reino de Fez y Benamarín...'
Sin embargo, el vocablo Gomera fue
dado por los europeos, aunque no ha faltado la asociación de esa palabra
con los gomara, tribu del Rif e incluso con el bíblico Gomer. En cuanto a
la distinción que Abreu realiza entre berberiscos y azenegues tal vez se
refiera a que los hablantes no árabes de la costa mediterránea son
bereberes y los demás del sur de Marruecos y del Sáhara occidental son
azenegues.
Abreu comete un error notable cuando
dice que los aborígenes canarios son de ascendencia árabe y que sin
embargo salieron de África antes de la llegada del Islam, lo cual no es
posible al no haber árabes en África antes de que el Islam hiciera allí
acto de presencia:
'...y en muchos vocablos apelativos los de estas
islas con los africanos [parecen conformarse], y de ellos se puede colegir
qué nación haya venido a cada isla conforme a la consonancia de los
vocablos; atenta la cual parece que a Lanzarote, Fuerteventura y Canaria
arribó la nación de los árabes, entre los africanos estimada en más;
porque en estas tres islas llamaban los naturales a la 'leche' aho; al
'puerco' ylfe, a la 'cebada' tomoseen, y ese mismo nombre tienen los alarbes
y berberiscos, de donde parece claramente que los naturales de estas islas
vinieron de África...'
Otro historiador que narra la historia de las Islas
Canarias es Leonardo Torriano quien en su Descrittione et Historiia del
regno de l'Isole Canarie gia dette le Fortunate con il Parere dello loro
Fortificationi vuelve a incidir en la leyenda de las lenguas cortadas:
'Otros pretenden que los africanos, al estar
sometidos a los romanos, habrían matado a los legados de Roma; y los
romanos, habiendo castigado a los cabecillas de la rebelión, quitáronles
la lengua, y a sus secuaces y a sus mujeres, y que luego los habrían
mandado a poblar estas islas; de donde sucedió que, según éstos, el idioma
que usaron los descendientes de esos africanos era distinto de todos los
otros; y (aun cuando se parecía, con todo, más al africano que a cualquier
otro) dicen que los hijos que nacieron de padre y madre mudos, impusieron
nombres a las cosas como la naturaleza se las dictó a ellos, tras lo cual
se produjo entre ellos tal confusión de lenguas que (casi como a los de la
Torre de Babel) un pueblo no entendía al otro.'
En otro momento afirma:
'...además de ello, se piensa que ala
Lanzarote vino un pueblo de Arabia, porque entre estos paganos [de
Lanzarore] habúia muchos vocablos árabes puros, como lo es este aho, que
en ambas partes quiere decir 'leche' y casi toda su habla estaba alterada
por el arábigo.'
Aquí se equivoca Torriano al decir que la palabra
'leche' aho es árabe cuando en realidad es bereber.
Otra autoridad, Alonso de Espinosa, tras mencionar la
leyenda de las lenguas cortadas ofrece una teoría nueva sobre el origen de
los canarios en su obra publicada en 1494 Del origen y milagros de la
Santa Imagen de Nuestra señora de Candelaria:
'Otro autor hay que dice que en tiempo antiguo fue
tierra contigua estas islas con África como lo fue Sicilia con Italia y
por curso de tiempos con tempestades y diluvios se dividieron y aparataron
y así la gente que en ellas quedó ignorantes del arte de marear se
estuvieron cada cual en su isla sin tener comunicación como no la tenían
unos con otros.'
Y un poco más adelante afirma:
'Destas opiniones puede seguir el lector la que le
pareciere y más le cuadrare, que la mía es que ellos son africanos, y de
ella traen su descendencia así por la vecindad de las tierras, como por lo
mucho que frisan en costumbre y lengua, tanto que el contar es el mismo de
unos que de otros.'
Cuando Espinosa habla de africanos no está pensando en
gente del África negra sino en habitantes de la costa africana cercana a
las Islas Canarias.
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