Las ciudades estado de la Liga Etrusca, limitadas por los Apeninos, el Tíber,
el Arno y el mar, fueron los vecinos septentrionales de Roma durante la segunda
mitad del primer milenio a. C. Los etruscos aparecen en la historia hacia el 900
a. C. y su periodo de grandeza política, económica e ideológica tuvo lugar
entre los siglos VIII al VI a. C. Tras esa etapa se produce un declive de su
influencia, si bien las ciudades-estado no fueron absorbidas por el Imperio
Romano hasta el siglo I a. C., y la lengua dejó de usarse para propósitos
sagrados sobre el mismo tiempo aunque desconocemos la fecha hasta la que
pervivió como lengua viva. A pesar de repetidos esfuerzos de conectar la
lengua etrusca con las indoeuropeas, o con las aglutinantes de tipo
urálico o
con las caucásicas, no se ha encontrado relación
definida con ninguna lengua.
El cuadro inferior
muestra una comparación de algunas palabras etruscas con sus correspondientes
latinas y proto-indoeuropeas; la absoluta diferenciación de las primeras con
las segundas indica a las claras la lejanía de la lengua etrusca respecto a las
indoeuropeas.
|
Etrusco |
Latín |
Proto-Indoeuropeo |
1 |
thu |
unus |
oinos |
2 |
zal |
duo |
duwo |
3 |
ci |
tres |
treyes |
4 |
sa |
quattuor |
kwetwores |
5 |
mach |
quinque |
penkwe |
6 |
huth |
sex |
s(w)eks |
10 |
sar |
decem |
dekmt |
hermano |
ruva |
frater |
bhrater |
hermana |
sech |
filia |
dhugeter |
hijo |
clan |
filius |
sunus |
El etrusco constituye además la fuente para otras lenguas tempranas italianas, tales como
osco, umbro, véneto y
rético. De entre los siglos
VII al I a. C. existen aproximadamente 13.000 inscripciones, pero en su mayoría se trata de pinturas funerarias o aparecen en pequeños objetos (vasijas,
urnas, espejos, joyas, monedas, dados, etc.) de arcilla, piedra, bronce, pizarra, marfil u otros materiales, y son muy repetitivas: en casi todas ellas hay nombres de persona y/o fórmulas (por ejemplo
eca
suthi, 'esta es la tumba').
La muestra de etrusco más extensa, sin embargo, no deja de ser una curiosidad, pues consiste en un texto de 1.200 palabras en total (incluidas las repeticiones, el número de palabras diferentes es de 500) localizado en un envoltorio de lino de una momia, aparentemente adquirida en Egipto a mediados del siglo
XIX y hoy en el Museo Nacional de Zagreb. Aunque sólo se comprende parcialmente, nadie duda de que, antes de que fuera cortado para
servir de envoltorio o venda, se trataba de un texto ritual que recomendaba las ceremonias que debían celebrarse durante varias fechas del calendario religioso. Se desconoce el modo en que llegó a Egipto.
Mucho más relevante ha sido el descubrimiento en Pyrgi (1964) de tres placas de oro, dos de ellas inscritas en etrusco y una con un texto paralelo, aunque no idéntico (una dedicatoria a una diosa), en
púnico. Existen unas pocas palabras etruscas con significado, de las que tenemos conocimiento porque han sido citadas en textos
latinos y griegos.
Además de un buen número de nombres de lugar, pueden entenderse, con escaso margen de error, alrededor de 200 palabras
(ais 'dios', puia 'esposas', tur- 'dar', y algunos numerales, entre los que se incluyen hasta el número seis: thu, zal, ci,
sa, mach, huth). También contamos con ciertas nociones sobre la gramática, en particular algunos rasgos morfológicos de los nombres, pronombres y verbos. Hay además un grupo de palabras latinas de origen etrusco, tales como
atrium
'entrada de una casa', histrio 'actor', o stilus 'instrumento de escritura'. La lengua podría haber desaparecido en los albores de la era cristiana, aunque algunos
(Bonfante, 1983: 47) han sugerido una continuidad "en la lectura y en el uso por los sacerdotes como lengua sagrada" hasta quizás principios del siglo
V ya que, en el 408, los sacerdotes manejaron encantamientos y oraciones en etrusco en un intento desesperado de defender a Roma del godo
Alarico.
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