La religión tradicional de los caraítas es el judaísmo, aunque ellos no son
étnicamente judíos, habiendo desarrollado su lengua por escrito usando el alfabeto hebreo; su lengua
tiene un gran número de préstamos religiosos y seculares de la hebrea; por
ejemplo adonai 'Dios', sem 'nombre', guf 'cuerpo'.
Actualmente esta lengua escrita sólo se usa para propósitos litúrgicos.
Los caraítas representan la supervivencia del judaísmo en conexión con la
adopción de la religión judía como creencia oficial en el Imperio Jazar. Los
jazares se convirtieron, el rey a su cabeza, a la religión de Moisés, a causa
de un sueño que tuvo el rey Bulan. Jazar, país de los jazares, es un pueblo de origen turco cuya vida e historia se encuentran entrelazadas con el origen de la historia de los judíos en Rusia. El reino de los
jazares existía antes de que los varangianos fundaran la monarquía rusa en el año 855. Parece que los judíos han habitado las riberas de los mares Negro y Caspio desde los principios de nuestra era. La evidencia histórica señala a la región de los Urales como el lugar de asentamiento de los
jazares. Los autores clásicos medievales conocían a este pueblo bajo el nombre de
jozaros, kazires, akazires, akatzires, en las crónicas ruso se les denominaba con el nombre de
ugry
byelyye. Pero son los autores armenios a partir del siglo V quienes proporcionan la más amplia información sobre este pueblo. Llegaron a
Armenia, juntamente con los basileos en el año 198 y aunque al principio fueron rechazados, se convirtieron posteriormente en factor
importante en la historia de Armenia durante más de 800 años. En el siglo
IV de nuestra era los jazares se alían con los bizantinos para protegerse del imperio persa que ha conquistado Armenia. Esta alianza se renovó periódicamente hasta que los
jazares fueron derrotados por los rusos y absorbidos m su vasto imperio. A mediados del siglo VI los jazares se movieron hacia el Oeste y se establecieron en un territorio comprendido por el mar de
Azov, los ríos Don y Volga, el mar Caspio y la región septentrional del
Cáucaso. Hacia el siglo
VII los godos caucásicos fueron sometidos por los jazares y ya en esta época los
jazares son lo suficientemente poderosos como para enviar al Emperador Heraclio de Bizancio un ejército de 40.000 hombres con el que derrota a los persas en los años 626-627. En la batalla de Kizliar los
jazares arrasaron a los árabes matando a 4.000 de ellos juntamente con su caudillo. Hacia el año 679 los jazares sometieron a los búlgaros y extendieron su dominio hacia el Oeste entre el Don y el
Dnieper. Por estas fechas el chagan jazar, juntamente con gran número de paganos abrazó la religión hebrea. Hay discrepancia sobre la fecha en que se convirtieron: algunos autores opinan que esto ocurrió en el año 680; otros creen que fue en el año 740. Uno de los sucesores del rey Bulan, llamado Obadiah, consolidó el reino y la religión hebrea. Invitó a eruditos hebreos a que se establecieran en sus dominios fundando sinagogas y escuelas. Al pueblo se le enseñaba la Biblia, la Mishna y el
Talmud. Los
jazares comenzaron a emplear el alfabeto hebreo. El relato que el rey José hizo de la conversión de los
jazares se acerca bastante a la realidad histórica, aunque existen pequeñas discrepancias.
Según lbn Fadlan solamente el rey y sus grandes y unos cuantos de sus seguidores se convirtieron al judaísmo; el resto de los
jazares eran cristianos, musulmanes y paganos, constituyendo los judíos sólo una pequeña minoría.
Parece ser que bajo el reinado del rey Obadiah, y debido a su celo misionario, grandes masas de la población se convirtieron a la religión judía y que estas conversiones en masa fueron la causa de las embajadas cristianas que Bizancio envió al reino de los
jazares. Según la correspondencia entre el rey José y Hasdai¹, parece que existieron dos
judíos españoles, Judah ben Natham y José
Gagris que lograron establecerse en el país de los jazares. El geógrafo árabe lbn
Khurdadhbah enumera diversas rutas que emplearon los mercaderes judíos
radanitas, siendo la más famosa la que partiendo de España atravesaba Francia, el país de Nyemetz (Alemania), el país de los
eslavos (Eslavonia), hasta llegar a Atel, capital del país de los jazares, continuando la ruta por Transoxania y el país de Tagasga teniendo
como destino China y la India; comerciaban con eunucos, sederías, pieles, niños, alcanfor, áloe, canela, etc, Alrededor del año 960, Hasdai ibn Shaprut, ministro de asuntos extranjeros de
Abd-al Rahman de Córdoba escribe una carta al rey José de los
jazares en la que le cuenta que las primeras noticias de este reino las obtuvo a través de unos enviados llegados de
Jorasan, noticias que fueron corroboradas por los embajadores de Bizancio. Estos relataron al ministro que las
relaciones entre Bizancio y el reino de los jazares eran óptimas, intercambiando pieles, pescado y otros productos, empleándose en el viaje entre ambos reinos no más de quince días. Hasdai envió un emisario al rey José, pero no alcanzó su meta al ser interceptado y detenido por los griegos, quienes finalmente le hicieron regresar a Córdoba. Finalmente, y después de muchas peripecias el mensaje llegó a través de viajeros judíos quienes llevaron
la misiva por Hungría, Bulgaria y Rusia. En la carta Hasdai pregunta al rey José qué sabe sobre "el fin de los
milagros", es decir, la venida del Mesías. Unos cinco años después de la correspondencia entre el rey de los jazares y el ministro cordobés comienza el declinar de este reino. El príncipe
ruso Swyatoslaw invadió el reino y tardó más de cuatro años en conquistar la capital,
Atel. El último chagan fue hecho prisionero y la población se dispersó, cayendo muchos de los habitantes prisioneros de los rusos. Otros emigraron a Hungria y
la familia real pudo escapar, instalándose en España. La mayor parte, sin embargo, permaneció en el reino, siendo los actuales
caraítas probables descendientes de ellos. Hasta el siglo XIII se conoció a la península de Crimea con el nombre de
"Gazaria", italianización de la palabra "Jazaria". En conexión con el término caraítas está el de caraíta, que tiene que con
una escisión que se produjo en el seno del judaísmo hacia la mitad del siglo
VIII. Si la relación es real o no es algo que está por ver, pero mencionamos
la historia de este movimiento a continuación.
Tuvo su origen en un hijo de la casa Bostanai, Anán ben David, un hombre culto y ambicioso que había sido excluido de la
sucesión en la dignidad de exilarca.
Profundamente decepcionado, el hijo del patriarca
había abandonado Babilonia y se había establecido en Palestina, donde había
agrupado a su alrededor la primera comunidad caraíta.
Anán rechazaba la autoridad de los doctores de la ley, de los geonim de Babilonia y de todos los rabinos que
seguían la tradición en la explicación de la ley judía. Condenaba el Talmud, que falsificaba el judaísmo por el hecho de que no solamente añade muchas cosas a la Torá sino muy especialmente porque ha suprimido otras que según lo escrito en la Sagrada Escritura debían tener
validez en todos los tiempos. Anán reconoce únicamente autoridad a la Biblia; ella sola debería considerarse como norma y la vida religiosa debería organizarse siguiendo su interpretación al pie de la letra.
La doctrina de Anán representaba una declaración de guerra contra el Talmud y los rabinos. Y está claro que tenía que remover los ánimos hasta lo más profundo y promover una activa lucha de los espíritus. Pues con esta nueva doctrina aparece de nuevo la escisión existente desde los tiempos antiguos y que se creía olvidada desde hacía mucho tiempo; la tenaz división de criterios entre los saduceos y los fariseos. Convencidos de que el judaísmo sólo podía vivir según las leyes bíblicas -sin variaciones, añadiduras y aclaraciones- los saduceos habían condenado la "enseñanza oral" de los fariseos. Con la pérdida del culto sacrificial después de la destrucción del templo, los saduceos se habían extinguido. Sus oponentes, los fariseos, habían obtenido con ello una victoria. La enseñanza bíblica de los rabinos, viva y en continuo proceso de desarrollo, había complementado la palabra de la Biblia, la había aclarado y la había fijado en el
Talmud.
El nuevo movimiento de los caraítas se extendió con una rapidez extraordinaria. De Mesopotamia y Palestina pasó a los países vecinos, se estableció en Egipto y
llegó hasta España. En todos los países del reino árabe los contrarios del Talmud hicieron pronto oír su voz.
Sin embargo, la peligrosa escisión que durante un tiempo amenazó con dividir el judaísmo no logró el éxito definitivo. El partido de los caraítas se escindió a su vez en innumerables sectas y finalmente fue perdiendo cada vez más en importancia.
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