La lengua emberá (atrato, darien, chokó propiamente dicho, epenã, epérã pedée (ember-tadó), sambú, cholo aunque este término es ambiguo y hasta ofensivo) se divide en dos lenguas emergentes: emberá
meridional y emberá septentrional. La primera se habla en Panamá y en Antioquía, Colombia, teniendo menos de 40.000 hablantes siendo sus dialectos saija, baudó, tadó, chamí hablad en Risaralda, caramanta sitará y catío hablado en Antioquia. La septentrional se localiza al sudeste de Panamá y en Antioquía y la Serranía del Darién en Colombia, contando con unos 10.000 hablantes. Tiene como dialectos el dabeiba,
ngverá o san jorge, tukurá o río verde, sambú o
darién o andágueda. Concretamente en Colombia se habla en el departamento de Antioquia, en las márgenes del río Murrí y sus afluentes; en el departamento de Córdoba, en las orillas de los ríos San Jorge y Sinú; en el departamento de Chocó, en casi todos los grandes ríos, especialmente en las cuencas del Atrato y Baudó, a lo largo del curso medio y superior del San Juan y en la zona de Tadó; en el departamento de Risaralda, en el río Camí, en el departamento de Cauca, en el Saija y sus pequeños afluentes; en el departamento de Caldas, a lo largo de una red fluvial en la región de Dabeiba; en el departamento de Nariño, en los ríos Morondó y Satinga. La lengua está potencialmente amenazada. En Ecuador la lengua embera (êpera, êpera pedede, êpena pedee, embera del sur, embera chami) se habla en el noroeste, formando un continuum dialectal con la hablada en Colombia. Actualmente hay entre 60 y 150 miembros del grupo étnico en Ecuador por lo que la lengua está seriamente amenazada. 
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