Aun cuando varía mucho la estructura gramatical de las lenguas kordofanas, todas conceden gran importancia al tipo de acción (aspecto verbal) y a la actitud del hablante ante la acción (modo verbal), pero no dan relevancia al tiempo. Tienen construcciones diferentes para indicar la acción habitual (ríe siempre), la potencial (podría reír o reiría), la terminada y experimentada por los sentidos (ha visto al jefe), la actitud exhortativa (ojalá ría), la desiderativa (si riera,...) entre otras posibilidades, que el español también posee, gracias a la combinación modo y tiempo verbal.
En una lengua kordofana se expresan actitudes y tipos de acción sólo por medio de prefijos, sufijos, partículas o incluso con una leve modificación formal del pronombre o el verbo, que es un procedimiento relativamente sintético. Por otro lado, las construcciones pasivas son escasas o sencillamente no existen dentro de esta familia de lenguas que no son bantúes. Las preposiciones casi no aparecen y lo que expresan, como el movimiento hacia, desde, a través y demás, se expresa incorporado al verbo, en tanto que la localización como ante, detrás de, sobre o bajo van incorporadas a los nombres. |