En 1609
los ingleses intentaron el primer asentamiento en las Guayanas, pero ante
el fracaso los supervivientes se unieron a los holandeses para quedarse a
lo largo del río Essequibo en lo que actualmente es la Guayana central.
En 1627 Abraham van Peere y su familia fundaron una colonia privada al
este del río Berbice. Al principio los colonos comerciaban principalmente
con los amerindios locales, pero tras la captura del nordeste de Brasil
los holandeses aprendieron el procedimiento para criar y procesar el
azúcar, obteniendo mano de obra de África. La colonia Berbice permaneció aislada de
la colonia Essequibo, originándose criollos separados basados en el
holandés en ambas. Aunque sobrevivieron a la
dominio colonial británico (1814-1966) el skepi y el criollo berbice
holandés están hoy casi extinguidos, siendo los pocos hablantes de edad
avanzada y bilingües en criollo guayanés inglés,
la lengua dominante. Durante el siglo XVIII las Guayanas fueron
controladas por los holandeses a excepción del asentamiento francés en
Cayena, en el este. Además de la sección central, Surinam, los
holandeses tuvieron asentamientos en la parte occidental (después Guayana
británica) a principios del siglo XVII. Hubo dos variedades de holandés criollizado que surgieron con la incorporación de esclavos africanos para
trabajar el azúcar tras 1640. La colonia de Berbice prosperó pero la de
Essequibo, más pobre en recursos de la tierra, decayó. Hacia la década de
1740 el río Demara, entre ambas colonias, había atraído a los plantadores
ingleses de Barbados y las Leewards quienes estaban viniendo a asentarse
al continente ilegalmente para evitar los altos impuestos y dificultades
en las islas. El gobernador de Essequibo reconoció el valor de los
plantadores ingleses para el comercio de esclavos y otras cuestiones que
los holandeses necesitaban, por lo que les concedió el permiso para
quedarse. Para el 1760 los británicos sobrepasaban en número a los
holandeses. |