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Lengua Hispano-céltica o celtíbera

Historia

La lengua hispano céltica, también denominada celtíbera, pertenece al corpus de lenguas célticas continentales, junto con el galo, lepóntico, gálata, etc., aunque la cantidad exacta de lenguas célticas continentales que existieron en la antigüedad no la conocemos; incluso la relación entre los distintos subgrupos continentales es un asunto a debate, así como la relación del céltico continental con el céltico insular.

Los celtiberi (celtíberos) eran los pobladores del nordeste de la península ibérica, aunque hay fuentes romanas que usan el término celtici para referirse a todas las tribus celtas de Hispania. La cultura de los celtíberos hizo suya la herencia de los iberos, de quienes adoptaron el sistema de escritura. Tras la caída de Numancia en el 133 a. C. su territorio pasó a formar parte de la provincia romana Hispania Citerior.

Los primeros textos celtíberos pueden fecharse aproximadamente entre principios del siglo II a. C. y el I d. C. El alfabeto utilizado en los textos más tempranos es el ibérico, que no resulta del todo adecuado para representar los distintos sonidos de la lengua celtíbero. El alfabeto latino ya está presente en algunos de los textos más tardíos. Muchas de las inscripciones contienen una fórmula onomástica estereotipado, como la que puede encontrarse en una lápida localizada en Ibiza: "Tirtanos de la familia de Abolus, hijo de Letondu, de Kontrebia Belaiska".

Existe también un buen número de monedas grabadas con el nombre celtíbero de la ciudad o de los habitantes de la ciudad en donde aquéllas fueron acuñadas. Además, se han encontrado 20 tesserae hospitales grabadas, pequeñas placas de bronce utilizadas como símbolo de pacto entre dos partes, generalmente entre un individuo y una comunidad, con las que el portador podía solicitar hospitalidad a lo largo de sus viajes. La mayoría de estas inscripciones son muy breves, con la excepción de la tessera de Luzaga (24 palabras).

Dialectos

Dada la extensión geográfica de la lengua hispano-céltica es más que probable que tuviera variantes dialectales; no obstante todavía no hay suficiente base para establecer criterios al respecto.

Sin embargo, se ha hablado de que el lusitano, una lengua pre-románica hablada en lo que hoy sería Portugal, pudiera ser, junto con el hispano céltico, un dialecto de la misma lengua. Su evidencia está atestiguada por un corto número de inscripciones de cierta longitud y un número más abundante de material onomástico; pero estudiosos que han examinado el material han concluido que el lusitano sería una lengua distinta del hispano-céltico.

Escritura

La lengua hispano-céltica fue escrita en el sistema semi-silábico ibérico y, en menor escala, en caracteres romanos. Tales textos fueron descubiertos en la región que linda con Burgos al oste y Zaragoza al este.

La inscripción más importante en lengua hispano-céltica es, sin lugar a dudas, la de Botorrita, consistente en 125 palabras en el anverso y 61 en el reverso. En esta última cara se halla una lista de 14 nombres según la fórmula onomástica celtibérica: el nombre en el nominativo singular, seguido del gentilicio en genitivo plural y del nombre del padre en genitivo singular, más el lugar de origen en genitivo singular.

La inscripción del anverso se ha interpretado usualmente bien como una lex sacra, es decir, una ley avisando de la profanación de un lugar sagrado, o como una lex municipalis, esto es, una ley en ejecución en una comunidad local.

Inscripciones posteriores están ya escritas en el alfabeto romano.

Gramática

El orden de la oración es sujeto, verbo y predicado, que es el orden básico reconstruido para el antecesor indoeuropeo, según el fundamento hallado en otros arcaicos lenguajes tales como el hitita, sánscrito y latín.

En el campo de la morfología una de las características del hispano-céltico es la raíz o en caso genitivo singular en -o , lo que contrasta con la -i hallada en otras lenguas célticas. Otra característica es la terminación verbal -tus que parece tener fuerza imperativa