Todas las lenguas nuristánicas ya estaban en un proceso de extinción antes de que Afganistán se convirtiera en zona de guerra en el tiempo de la Unión Soviética y después con los talibanes y los islamistas procedentes de Arabia Saudita y Pakistán. Estas lenguas son habladas por tribus cuyos antepasados indoarios encontraron refugio en los inaccesibles valles del Hindu Kush en Nuristán. Esas tribus que no tenían tradición literaria fueron denominadas kafiri (infieles) hasta que se convirtieron al Islam tras la conquista del Nuristán por los afganos en 1896. Tales lenguas son desde el norte al sur la kati, prasun, waigali, ashkun, gambiri y zemiaki. Salvo la kati, que es hablada pro unas 20.000 personas, todas las otras lenguas nuristánicas son mucho más pequeñas. La prasun, la más divergente de todas, es hablada en seis localidades en el alto valle a lo largo del río Pech, entre las zonas de habla kati en el valle Ktiwi y el alto valle Bashgal. La waigali se habla en el valle de ese nombre, un afluente del río Pech. La gamibiri o tregami (dialecto de los tres pueblos) se habla en Gambir, Katar y el valle de Tregami al sudeste del curso bajo del Waigal en dirección al río Kunar. La ashkun se habla entre los ríos Pech y Alingar y en los valles a los largo de esos dos ríos y sus afluentes. La zemiaki, se habla en un pequeño encalve al sur del río Pech, rodeada por todos lados por comunidades dárdicas. Las lenguas nuristánicas no solo son importantes para conocer la población prehistórica de Asia central y meridional sino también muestran numerosos rasgos peculiares tipológicos de gran interés para el conocimiento de la lingüística. |