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James Hudson Taylor (1832-1905)

Hudson Taylor nació en Barnsley, Inglaterra, y era hijo de un predicador metodista. Su interés por las misiones, y por China en particular, ya lo tenía desde niño; sin embargo, no fue hasta los diecisiete años cuando el joven Taylor experimentó la salvación. Tras estudiar medicina, pues Taylor quería ser de ayuda práctica para la gente, y teología fue a China en 1854 como misionero bajo los auspicios de la Sociedad para la Evangelización de China.

Hudson Taylor

Por aquel entonces se habían abierto amplias perspectivas para el evangelio en esa nación, pues el emperador de China había hecho profesión de fe cristiana.

Sus primeros tiempos en Shanghai fueron realmente difíciles: el apoyo económico prometido no llegaba y el chino era un idioma realmente complicado de aprender. Además, Shanghai, como ciudad cosmopolita, albergaba un buen número de misioneros, cosa que disgustaba enormemente a Taylor que veía concentrado el esfuerzo misionero en una sola ciudad, mientras que la inmensidad de China estaba sin tocar. Por tal razón comenzó a hacer viajes al interior. Como resultado de esos viajes tomó la decisión de vestir como los chinos para identificarse más con su cultura; incluso se afeitó la cabeza, se dejó coleta y se puso lentes. No todos los misioneros aceptaron su cambio de fisonomía.

En 1858, tras trabajar durante cuatro años en un hospital, se casó con la hija de otro misionero. Volvió a Inglaterra en 1860 y durante cinco años tradujo el Nuevo Testamento a la lengua ningpo. Durante su estancia en su país se especializó en química y obstetricia y también recorrió Inglaterra dando numerosas conferencias y levantando la visión a favor de China. En 1866 volvió a China con otros dieciséis misioneros para fundar la Misión al Interior de China.

En 1870 su esposa y dos de sus hijos murieron a causa del cólera. A pesar de las dificultades, se quedó en China estableciendo doscientas cinco bases misioneras con ochocientos cuarenta y nueve misioneros de Inglaterra. Murió en Changsha, China, en 1905.