La Isla Pitcairn, al sudeste de Mangareva en Polinesia oriental, fue
colonizada por los amotinados del HMS Bounty en 1790 junto con sus esposas
polinesias. Una forma especial de criollo inglés se desarrolló conteniendo
elementos polinesios, contando actualmente con menos de 100 hablantes.
En 1856, un grupo de habitantes de Pitcairn llegó a la Isla Norfolk, situada
entre Nueva Zelanda y Nueva Caledonia. Algunos volvieron a la Isla Pitcairn y
más tarde colonos de Australia y Nueva Zelanda absorbieron a la población. La lengua pitcairn sobrevivió por algún tiempo,
moviéndose en la dirección
del inglés no normativo. Hoy está prácticamente extinguida en la Isla de
Norfolk.
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