Tartessos fue el primer estado organizado que se formó en la Península Ibérica, hacia finales del segundo milenio antes de Cristo, y que adquirió una extraordinaria personalidad política y cultural. El origen de los tartesios es desconocido y se les ha atribuido procedencia etrusca o en todo caso del Asia Menor, de donde también emigraron los etruscos hacia tierras occidentales.

Los tartesios fueron los primeros hispánicos que se relacionaron con los pueblos históricos civilizados del Mediterráneo oriental, llegados al litoral peninsular con propósitos de tráfico mercantil. Por ello y por su riqueza minera, Tartessos alcanzó inmenso poderío. El país de los tartesios es citado con mucha frecuencia en la Biblia (como Tarsis) y siempre en términos de un pueblo rico y rebosante de esplendor (1 Reyes 10:22; 2 Crónicas 20:36-37; Ezequiel 27:12; 38:13).

Los datos para conocer la lengua tartésica dependen de las inscripciones procedentes de los siglos VII y VI a. C. que se hallaron en el Algarve, además de dos inscripciones encontradas en Andalucía (Sevilla y Puente Genil). La lengua de estas inscripciones, que no se asemeja a ninguna de las otras lenguas de la España prerromana, se desconoce totalmente.

En la región del Algarve, al sur de Portugal, se han hallado 70 inscripciones que presentan una escritura básicamente alfabética y, en parte, silábica, posiblemente derivada del llamado alfabeto ibérico del este de España; a este tipo de escritura se le ha denominado escritura tartésica.