El denominado alfabeto de Lugano, que en realidad
es una variante del alfabeto etrusco, no distingue entre las letras p,
t, k y b, d, g; también evita las letras dobles: por
ejemplo, el nombre personal lepóntico Anokopokios corresponde al galo
Andocombogios. Igual que el galo el lepóntico distingue entre dos
sibilantes
El orden de la oración en los textos más
antiguos es sujeto, objeto y verbo, pero posteriormente evoluciona
hacia sujeto, verbo y objeto. |