Desde tiempos antiguos
el problema de una lengua de comunicación para el comercio entre largas
distancias ha sido una cuestión primordial. Al principio, cuando los
comerciantes atravesaban varios territorios tribales donde la población
hablaba diferentes lenguas, los mercaderes tenían que proveerse de tantos
traductores como lenguas se hablaran a lo largo de su ruta. Según Herodoto,
los mercaderes griegos y escitas usaban varios intérpretes para llegar a
los montes Urales.
La expedición militar
de los reyes greco-bactrianos, en la primera mitad del siglo II a.C.
para asegurarse la ruta comercial que cruzaba la cuenca del Tarim tuvo
lugar en un momento cuando la batalla por la supremacía de tal región
entre los Yüeh-chih, los Hsiung-nu y los chinos todavía no se había
decidido. Sin embargo, poco después los Hsiung-nu derrotaron a los Yüeh-chih
apoderándose de la cuenca del Tarim. Por esta razón la
lengua griega no
pudo ser una lengua ampliamente usada para el comercio en Asia central.
Hubo otras dos lenguas
que se esparcieron en esta región desde el principio de la edad dorada del
reino Greco-Bactriano. Las nuevas ciudades fundadas por estos reyes
atrajeron un gran número de mercaderes y artesanos hindúes que
hablaban gāndhārī, el
dialecto prácrito de la India noroccidental. El helenismo también
promovió la urbanización en Sogdiana, donde las condiciones eran
favorables para los artesanos y mercaderes que llegaron ya en el siglo III
a.C. Como consecuencia de este desarrollo los sogdianos se convirtieron en
un pueblo de artesanos y comerciantes, siendo los primeros en entrar en
contacto con China. Esto está demostrado por el hecho de que el nombre del
reino Ts'in fue adoptado en su forma sogdiana, çin, denotando China. Los
mercaderes hindúes tomaron prestado el nombre Cina de los sogdianos.
Durante la existencia
del reino greco-bactriano la actividad de los mercaderes hindúes se limitó
a la región al sur del río Amu Darya. Los griegos que vivían en Bactria y
Gāndhārā
estaban abiertos a lenguas extranjeras, lo que está demostrado por las
inscripciones de oficiales griegos en las que se nota su disposición para
adoptar la lengua gāndhārī
y la religión hindú. Por lo tanto, los comerciantes hindúes no tuvieron
dificultades con la comunicación en el territorio greco-bactriano, donde
se encargaron del género importado por los sogdianos. Tras los pasos de
los mercaderes hindúes aparecieron los misioneros budistas en los centros
más importantes del reino Greco-Bactriano.
El eclipse de este reino
y las conquistas Yüeh-chih no impidieron la difusión del budismo y del
gāndhārī.
Tras el surgimiento del reino Kushan los centros religiosos budistas se
convirtieron en importantes centros comerciales y los monasterios budistas
pudieron educar a suficientes escribas para la administración Kushan por
lo que además del griego y del bactriano el prácrito gāndhārī
se convirtió en la lengua administrativa del Imperio Kushan.
Imperio Kushan (siglo II d. C.)
Mientras tanto, en las primeras décadas del siglo I a.C. el Imperio Han extendió
su supremacía sobre la cuenca del Tarim y abrió la 'Ruta de la Seda' tanto
al norte como al sur para el comercio de las caravanas. Los mercaderes
hindúes se unieron a los sogdianos y organizaron expediciones conjuntas
para exportar la seda china y otros productos al occidente. De esta manera
dos lenguas se usaron en la 'Ruta de la Seda': sogdiano y prácrito
gāndhārī,
siendo ésta última también lengua literaria. Su uso y difusión se debió a
su posición como lengua de la administración Kushan. Tras el eclipse del
Imperio Kushan fue adoptada por el reino de Lou-lan que comprendía una
considerable parte de la cuenca del Tarim. Su uso como lengua
internacional fue posible también porque fue el vehículo usado por la
escuela budista Mahāsānghika, la primera en comenzar sus actividades en
Asia central. Las primeras traducciones de obras budistas fueron
realizadas en Khotan y también en China de textos escritos en gāndhārī,
haciendo de esta lengua un portador de la cultura budista en Asia central.
Sin embargo, la estrecha
conexión entre el
gāndhārī y
la escuela Mahāsānghika tuvo consecuencias desfavorables, porque tras el
sínodo de la esuela Sarvāstivāda promovido por el rey kushan Kaniska II
en Cachemira, el sánscrito híbrido budista fue adoptado para el canon
budista como resultado de la actividad del gran poeta budista Aśvaghosa
reemplazándolo rápidamente. Al desaparecer de la vida de las
congregaciones budistas, el gāndhārī
perdió su importancia en la 'Ruta de la Seda'.
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