Francisco de Enzinas (1520-1552)
Origen y estudios
Francisco de Enzinas (1520-1552) era natural de Burgos y estuvo directamente vinculado al movimiento de la Reforma que por aquel entonces se propagaba por toda Europa. Estudió durante dos años en la universidad de Lovaina bajo el magisterio de Luis Vives, pero en 1541 se traslada a Wittenberg con cartas de presentación para Lutero y Melanchton, y en casa de este último se hospeda, matriculándose en la universidad de Wittenberg con el nombre de Franciscus Dryander Hispanus (Dryander significa "encina" en griego).
Traducción del Nuevo Testamento
Allí Melanchton (figura lateral) le anima a traducir el Nuevo Testamento al castellano a partir del texto griego. Hasta entonces nadie había acometido una empresa así, si exceptuamos la versión que Alfonso X el Sabio hiciera en el siglo XIII, pero dicha versión, además de ser más bien una paráfrasis que una traducción, no había sido divulgada.
Para su tarea, Enzinas toma como base el Nuevo Testamento griego que Erasmo había editado, y en año y medio concluye su obra. A continuación se traslada a Lovaina para la impresión de la misma. Sin embargo, las cosas en Lovaina se han puesto muy difíciles; varios sospechosos de simpatizar con la Reforma han sido encarcelados y algunos de ellos serán quemados o decapitados.
Ante el emperador Carlos V
No obstante, Enzinas se muestra decidido a seguir adelante con su propósito. Pide la opinión de los teólogos de la universidad de la ciudad, quienes se inhiben e incluso le desaniman a que continúe con su proyecto, en vista, dicen, de que las herejías que pueblan los Países Bajos han nacido como consecuencia de traducir las Escrituras a la lengua vulgar. Ante esta reacción, Enzinas se traslada a Amberes donde encuentra un impresor dispuesto a editar el manuscrito y el 25 de octubre de 1543 sale a la luz la primera edición castellana del Nuevo Testamento dedicada al emperador Carlos V.
Sabiendo Enzinas que el emperador estará en Bruselas un mes más tarde, se traslada allí para hacerle entrega de un ejemplar. El encuentro tiene lugar el domingo 23 de noviembre de 1543, siendo presentado Enzinas por el obispo de Jaén y capellán de Carlos V, Francisco de Mendoza; la entrevista nos la relata el mismo
Enzinas:
- Entonces el Emperador me preguntó: ¿Qué libro quieres dedicarme?
- Señor, una parte de las Sagradas Escrituras que llamamos el Nuevo Testamento, fielmente trasladada por mí al castellano; en ella se contienen principalmente la historia evangélica y las cartas de los apóstoles. - He querido que V.M. como defensor de la religión, juzgue y examine despacio mi trabajo, y suplico humildemente que la obra, aprobada por V.M., sea recomendada al pueblo cristiano por vuestra imperial autoridad.
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- ¿Eres tú el autor de esa obra? - replicó Carlos V.
- El Espíritu Santo (dijo Enzinas) es el autor; inspirados por él, algunos santos varones escribieron para común inteligencia estos oráculos de salud y redención en lengua griega; yo soy únicamente su siervo fiel y órgano débil, que he traducido esta obra en lengua castellana.
- ¿En castellano? - tornó a decir el Emperador.
- En nuestra lengua castellana, insistió Enzinas, y torno a suplicaros que seáis su patrono y defensor, conforme a vuestra clemencia.
- Sea como quiera, con tal que nada sospechoso haya en el libro. - Nada que proceda de la palabra de Dios debe ser sospechoso a los cristianos, afirmó el intérprete.
- Cumpliráse tu voluntad, si la obra es tal como aseguráis tú y el obispo.
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Arresto de Enzinas
Al día siguiente, el obispo entrega un ejemplar del Nuevo Testamento al confesor de Carlos V, el dominico Pedro de Soto, quien llegaría a ser consejero de la reina de Inglaterra María Tudor, popularmente conocida como María la Sanguinaria.
Simulando interés en ciertos puntos de la traducción, Soto contacta una entrevista con Enzinas, al cabo de la cual es arrestado por un pelotón de soldados y llevado a la cárcel de Bruselas. Los cargos contra Enzinas son: sospechoso de luteranismo, amigo de luteranos e impresor del Nuevo Testamento en castellano. Naturalmente la edición del Nuevo Testamento es requisada y destruida.
Interrogatorio
Del interrogatorio de Enzinas extractamos algunas preguntas y respuestas:
- ¿Qué pensáis de Melanchthon y sus libros?
- No he leído todos los libros de Melanchthon, y aunque fuese así, no me podría arrogar un juicio sobre los mismos; en lo que se refiere a su persona, le considero el hombre mejor que jamás he visto.
- ¿Cómo podéis llamar hombre bueno a un hereje excomulgado?
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- A mí no me consta que sea un hereje, y si está permitido llamar a Platón 'divino', a Sócrates 'santísimo' y a Arístides 'justo', los cuales eran paganos, ¿os vais a escandalizar de que yo, a un hombre santo que cree en los artículos de nuestra fe con toda la Iglesia de Cristo, le llame bueno?
- ¿Por qué, pues, las palabras de Romanos 3:28: 'concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley', las habéis hecho imprimir en vuestro Nuevo Testamento con letras grandes? Esta es una idea luterana.
- Lo que vos llamáis luterano, yo lo llamo cristiano, sí, paulino. Es el impresor, quien lo ha hecho así, pero nunca jamás puede ser un crimen. Al contrario, es bueno indicárselo así a las gentes, para que puedan quedar avisados de no entender mal el sentido de las palabras."
Encarcelamiento, idas y venidas y muerte
Poco más de un año estuvo en la cárcel de Bruselas, de la cual consiguió escapar y huyó a Wittenberg, a casa de Melanchton, donde escribió sus memorias. Allí se entera de que se le busca para que vuelva a prisión bajo pena de muerte y pérdida de todos sus bienes. Es en esta época cuando conoce la suerte que su hermano Jaime ha corrido: muerto en la hoguera a manos de la Inquisición. A partir de este momento las idas y venidas de Enzinas por diversas ciudades de Europa se suceden. Durante dos años vive en Inglaterra bajo la protección del obispo Cranmer, enseñando griego en la universidad de Cambridge. Vuelve al continente y el 30 de diciembre de 1552 muere como consecuencia de la peste que asola la ciudad de Estrasburgo.
Justificación de su traducción
El mismo Enzinas, en el prólogo de su Nuevo Testamento dirigido al emperador, da tres razones para la publicación del mismo:
'Ningún poder humano está en condiciones de ir en contra de la publicación de las Sagradas Escrituras; todos los demás pueblos de Europa gozan ya del privilegio de poseer la Biblia en su propia lengua y llaman a los españoles supersticiosos porque todavía no han llegado a esto; ninguna ley real o papal prohíbe la edición. Y aunque algunos califican de peligroso tales traducciones en tiempos heréticos, téngase en cuenta que las herejías no se originan de la lectura de la Biblia, sino de las perversas explicaciones de hombres malos que tuercen las Sagradas Escrituras para su propia perdición.'
Enlaces
Casiodoro de Reina