El proceso de latinización de Córcega comienza tras la Primera Guerra Púnica, en el siglo
III a. C. Poco se conoce acerca de la situación lingüística anterior a esa fecha: se conserva un escaso número de nombres de lugares
(cala, calanca, cucca y también corse-, terreno empinado, raíz que presuntamente da nombre a la isla) que han sido atribuidos a un sustrato
"mediterráneo", junto a otras pocas palabras, entre las que se incluyen
talavellu o tarabucciu ('narciso'), caracutu ('sagrado').
Durante el período romano, Córcega y Cerdeña estuvieron, durante varios siglos, unidas política y lingüísticamente; sin embargo, a partir del siglo
VIII, empezó a surgir una variedad de habla corsa distintiva. Mientras que Cerdeña evolucionó dentro de un cierto aislamiento para más tarde poner sus miras en
España, Córcega estaba abierta al italiano, sobre todo a las influencias toscanas que se dejaban sentir, con más intensidad al norte que al sur, en la isla. |