Familia Khoisana
Historia
En términos de hablantes las lenguas joisanas
son la
familia más pequeña de las familias sub-saharianas: La mayor parte de
sus hablantes eran hasta hace poco pequeños grupos de
cazadores-recolectores. En Sudáfrica, donde las lenguas joisanas son más
diversas y se producen matrimonios mixtos o la adaptación a las
costumbres bantúes o indoeuropeas, se ha producido un gran
desplazamiento al afrikáans y al bantú, de manera que recientemente algunas lenguas joisanas se han extinguido y otras están a punto de
serlo.
El autor Schapera compuso el término joisan para
describir en una palabra dos términos representativos de los hablantes de
las lenguas joisanas; por un lado el vocablo joi (que es un
término étnico mientras que joe es lingüístico) que es como los
hotentotes se denominan a sí mismos y por otro el vocablo san que es como
los bushmen se autodenominan. Culturalmente los dos grupos se
distinguen de forma clara: los hotentotes son criadores de ganado con una
organización política compleja y los bushmen son recolectores de
alimentos y cazadores. Pero ambos pueblos hablan lenguas cuya característica más
señalada es la presencia de sonidos de chasquido;
esos sonidos no son exclusivos de las lenguas joisanas, pues es posible
hallarlos también en las lenguas bantúes vecinas, la zulu y la
suto,
en las que su presencia es el resultado de los préstamos de las lenguas
joisanas. Las lenguas san incluyen las
variantes septentrionales (zhu y !xü) y las
meridionales (de las que sólo permanecen la /nhuki, //xegwi, y !kò). Las
lenguas san septentrionales y meridionales están separadas por las
lenguas joe habladas en la parte central del desierto de Kalahari.
Actualmente sólo unos pocos hablantes joisan cazan y recolectan como
parte esencial de su mantenimiento, especialmente en los bordes
septentrional y meridional del desierto de Kalahari, en Bostwana y
Namibia. pero incluso allí su dieta se complementa con cereales y leche
mientras crían ganado, cabras y ovejas. Los
hablantes joe viven en Angola meridional, en el delta de Okavango,
el Kalahari central y los hablantes joejoe de Namibia y la provincias del
Cabo en Sudáfrica. En contraste con los cazadores san, los joi eran
concebidos como el arquetipo nómada pastoral de África meridional aunque
algunos, como los del Kalahari central, eran etiquetados como bush
centrales en rezón de su sistema de vida como cazadores y recolectores al
principio del siglo XX. Que este no fue siempre el caso queda claro por
los datos lingüísticos que tazan el origen de los recolectores joi
en esta misma región hasta hace 2.500 años. desde esta región se esparcieron
hacia el sur, llegando hasta el Cabo hacia el siglo I d. C. Los restos de
ovejas domesticadas y la cerámica encontrada allí indican que una
transformación indígena había comenzado antes de que los primeros
granjeros bantúes llegaran a la zona. Al sur de
Limpopo los ganaderos joisan fueron probablemente el origen del ganado y
ovejas para los recién llegados granjeros bantúes. Esto se demuestra por
el uso entre los pueblos bantúes sudorientales, como los zulú, xhosa, sotho
y tsawana, de términos joisanos derivados para referirse a los animales
domesticados. Este dato también indica la larga y continuada historia de
relaciones entre esos pueblos y los joisanos en esa región. Salvo en el
caso de las migraciones de los siglos XVII y XVIII hacia el norte de los
hablantes bantúes sudorientales, esos términos no se usan al norte y al
este del Kalahari. Otra evidencia adicional de una larga
interacción son los sonidos de chasquido incorporados a muchas lenguas
bantúes, como la yei, kgalagadi, sotho, zulú, ndebele y
xhosa. Estas
lenguas se distribuyen desde el norte al sur siguiendo la línea
meteorológica que divide al subcontinente en zona agrícola y zona de
pastos. También hay evidencia de mezcla genética con algunos grupos como
los deti y los tshujoe en Bostwana central y los damara (bergdama),
hain//um
y kwadi de Namibia septentrional, que son clasificados genéticamente
como bantúes pero lingüísticamente son joi. Mientras que algunos
ganaderos de antepasado joi viven todavía en partes de Namibia, muchos
hablan ahora afrikáans en lugar de joisano y viven como los
granjeros
afrikáans. Los pueblos joi han desaparecido casi completamente de la zona
del Cabo, habiendo sido absorbidos por la población colorada. También hay dos lenguas en África oriental que contienen
chasquidos, como son la sandawe y la hadza, relacionadas ambas con las
lenguas de los hotentotes y de los bushmen. Por eso es posible hablar de
lenguas joisanas meridionales y de aquellas habladas más al norte en
África oriental.
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Datos
Actualmente hay unas 30 lenguas joisanas de lo que un día
fue una gran familia hablada por la mayor parte de África meridional, pero la
expansión bantú desde el norte y la invasión holandesa desde el sur las han
dejado reducidas a jirones lingüísticos rodeados de lenguas germánicas o
bantúes. Las lenguas joisanas se hablan en Sudáfrica, Namibia, Bostwana y
Angola, si bien dos lenguas relacionadas se hablan en el norte de Tanzania.
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Dialectos
La mayor parte de las lenguas de esta familia están
completamente o casi extinguidas del todo, ocupando una posición predominante la
damara en Namibia con más de 160.000 hablantes, constituyendo la décima parte
de la población. En 1990 se la redenominó joejoe, siendo reconocida como
lengua nacional.
Las divisiones dialectales de esta familia serían:
-
África meridional, que se subdivide en tres
grupos:
-
Septentrional, que incluye la kung-ekola, también
denominada !kung o !xu, hablada por 5.000 personas en Namibia y algunas
en Angola, la kung-gogabis o au, kaukau o koko, hablada por 3.000 personas
en Namibia y la kung tsumkwe, también conocida como ju'oasi, hablada por
3.000 personas en Namibia y Angola.
-
Central, que incluye la nama, también conocida
como joe o hotentote, con 133.000 hablantes en Sudáfrica y Namibia, la san
o saan con 16.000 hablantes en Namibia, la xun o kukwe con 9.000 hablantes
en Angola y 2.000 en Namibia y kwadi con 15.000 hablantes en Angola.
-
Meridional, cuyo representante sería la /hua-owani
con 1.000 personas que la hablan en el sur del desierto de Kalahati,
Botsuana.
-
Sandawe, representada por una sola lengua, la
sandawe, hablada por unas 70.000 personas en Tanzania.
-
Hadza, representada también por una sola lengua,
la hadza o hatsa, con unos 200 hablantes al sureste del Lago Victoria en
Tanzania. No obstante, algunos lingüistas niegan que la sandawe y la
hadza sean lenguas joisanas, en cuyo caso habría que incluirlas entre
las lenguas aisladas.
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Escritura
Hay unas 10 lenguas joisanas que han sido puestas
por escrito en varios niveles de intensidad por los misioneros y
lingüistas. Las mejor conocidas son la nama,
kxoe, !kung y /kham, seguidas en un grado menor
por la !kora, ≠khomani, ékhegwi, naro(n) y /'auni. Los
antiguos métodos para registrar los sonidos de chasquido fueron
desplazados por el sistema de Lepsius (1854) que es, con ligeras
modificaciones, el que se sigue usando en la actualidad. Los estudios en
kxoe, !khung, !khong, /guikhoe y sandawe se han llevado a cabo en
tiempos recientes, concentrándose especialmente en !kung. No obstante,
en vista de lo difícil que resulta investigar entre grupos nómadas de
pueblos, la recopilación de datos en las otras lengua joisanas no es
buena. La colección más grande de textos
folklóricos se recogió de la extinta /kham de la antigua provincia del
Cabo de Buena Esperanza. Junto a la /kham, la más completa colección
de textos sobre historia y vida tradicional y moderna se realizó en la
lengua kxoe. Ya existían textos en nama y korana y en cierta medida en
la !khung. Sólo hay literatura en la lengua nama, entre los nama y
bergdama. En !khung se imprimieron los dos primeros textos en 1969.
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Gramática
Los sonidos click o de chasquido son característicos de las lenguas de la
familia joisana, algunas de las cuales tienen hasta 80 tipos diferentes de
ellos. Concretamente, el 70 por ciento de las palabras en lenguas san comienzan
con un chasquido. Estos sonidos no son exclusivos de estas lenguas, pues se usan por otras
como interjecciones o señales de desaprobación, pero lo que los hace
peculiares en las lenguas joisanas es su uso como sonidos ordinarios,
equivalentes a otras consonantes constituyentes de palabras.
Las lenguas
zulu y ndebele (bantúes) tienen tres sonidos de chasquido básicos: el dental, el lateral y el
palatal. Hay dos maneras de emitir chasquidos: en
uno el cierre bilabial, dental y lateral es liberado por la explosión de
una africada; también el cierre alveolar y alveopalatal se libera
mediante un sonido implosivo. Ambas emisiones son llamadas ingresivas
porque el aire irrumpe en la boca. El otro tipo es llamado egresivo porque
es el resultado del cierre celar y en este caso el aire sale de la boca.
En las joisanas meridionales hay también un chasquido bilabial con cierre
labial que se parece al sonido de un beso. Los chasquidos joisanos se
combinan también con otras características fonéticas, como la
sonorización o la nasalización. Los chasquidos ocurren sólo en
posición inicial en raíces de palabras, también en raíces compuestas,
pero raramente en afijos y partículas.
La tabla inferior nos muestra los signos escogidos
para representar estos fonemas.
En la escritura, los chasquidos se representan por medio de letras que no se emplean como C, Q, X, o bien por medio de unos signos especiales que representan un chasquido alveolar
(?), uno lateral (//), uno palatal
(!) y uno dental (/).
En general, las lenguas joisanas son muy ricas en
consonantes, rivalizando con las caucásicas incluso en el complejo
vocálico, donde además de haber vocales orales y nasales, las hay
también faringeales.
Las lenguas joisanas varían en complejidad
gramatical; la mayoría tienen género gramatical pero otras lo han
perdido. En algunas, como la nama, la distinción de género se retiene
para todas las personas y los números, incluyendo el dual, además del
singular y plural. Una interesante característica de las lenguas joisanas
más complejas es la ocurrencia de un tercer género llamado 'común o
indeterminado', usado en el dual y plural cuando los aludidos son nombres
masculinos y femeninos y en el singular cuando la identidad es
indeterminada o irrelevante, como en nama kxòe-p
(persona-masculino), kxôe-i (persona-común)
El orden básico de la frase es sujeto, verbo y
objeto, aunque también en algunas lenguas se da objeto, sujeto y
verbo. Algunas lenguas tienen géneros gramaticales basados en el sexo,
siendo la morfología verbal compleja y a veces totalmente diferentes los
términos léxicos usados para expresar la misma acción dependiendo de si
es realizada por una sola persona o por varias.
El vocabulario está altamente adaptado a las
necesidades de la vida en un medio natural pobre, especialmente para la
caza, la recolección de alimento y para todas las habilidades que
preservan la vida. Como resultado del contacto con otras culturas se han
adoptado préstamos, que han entrado de lenguas europeas al nama y de
lenguas bantúes al joe. El uso de palabras en sentido figurado para
etiquetar nuevos objetos es otro proceso de formación de palabras, como
la palabra kuru 'conducir (un coche)' que deriva de 'presionar los
bramidos'.
Los números básicos son el 1 y el 2 y en algunas
lenguas el 3; para mencionar el 4 en joe se dice literalmente 'el dedo que
lame la olla'. En las lenguas de los bushmen a duras penas los números
van más allá del 10.
La unidad del vocabulario equivalente a la palabra
en las lenguas europeas es una raíz cuya categoría como nombre o verbo
está determinada por el contexto y por el uso de afijos nominales y
verbales. Las palabras compuestas se usan muchas veces para extender el
significado, como en joe kx'â-xò, literalmente 'beber' significa
'bebida'.
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