Estamos en: Lenguas del Mundo > Familia Indoeuropea > Rama Céltica > Grupo Insular > Lengua Galesa
Lengua Galesa

Situación geográfica

Historia

El galés, cymraeg, también llamado cámbrico y címbrico por sus propios hablantes, es la lengua perteneciente al grupo céltico, rama brytónica, que se habla en el País de Gales. Tiene la más antigua tradición literaria de toda Europa, pues sus primeros registros se remontan hasta el siglo VI. Es una de las lenguas oficiales del Reino Unido. Es un milagro que el galés haya sobrevivido hasta el día de hoy, pues ha sido una lengua que ha estado cercada durante los catorce siglos de su existencia estando sujeta a una mezcla de tensión bilingüe que ha originado una erosión lingüística con el resultado del rechazo del galés como lengua primaria.

Los galeses medievales se denominaban a sí mismos como brytónicos, del latín brittones, o cymry -paisanos- y a su lengua cymraeg. De hecho los galeses no usan la palabra inglesa galés (welsh), que proviene del antiguo inglés w(e)alh y significa extranjero o esclavo.

En el siglo VI el galés era hablado no sólo en la región que actualmente conocemos como Gales sino también en las Tierras Medias de Inglaterra y luego havia el norte por lo que hoy es Lancashire y Yorkshire, hacia las tierras bajas de Escocia. De hecho la poesía más antigua galesa procede de Escocia meridional y se adjudica a los poetas que vivieron en esa región en el siglo VI. Cuando los anglo-sajones ganaron la batalla de Chester en 615 hicieron una brecha entre los galeses de Gales y sus compatriotas del norte. La pérdida de independencia política acompañada por una estima social y económica baja resultaron en la erosión del galés fuera de las fronteras de Gales. Un bilingüismo forzado por razones utilitarias y la ausencia de un marco institucional que protegiera la lengua originaron que la lengua galesa se quedara confinada en los límites de Gales.

En el primer milenio de su historia el galés en Gales no sólo estaba a salvo sino que también estaba floreciente. Era el medio lingüístico natural de todos los sectores de la sociedad: campesinos, granjeros, terratenientes, artesanos, clérigos, administradores y la nobleza. Más aún, una distinción cultural y literaria se desarrolló inicialmente apoyada por los príncipes y más tarde por la nobleza. El galés no sólo era el medio del habla cotidiana sino el de las relaciones formales y aspectos legales y jurídicos de la vida, lo que significa que era una lengua con el vocabulario y terminología suficiente para tratar con complicadas minucias legales. Por toda Europa las lenguas locales no tenían esta posición, pues el latín permanecía dueño y señor, pero en Gales la lengua vernácula tenía suficiente dinamismo para competir y sobrepasar al latín.

Incluso en el campo religioso con la preponderancia indisputada del latín, el galés se puso a su altura en Gales con traducciones de la Biblia y vidas de santos. En esta etapa, la Edad Media, se puede hablar de una Edad de Oro del galés medio.

Pero el primer escalón en el descenso del galés fue el Acta de Unión de 1536 en la cual se establece que la lengua inglesa será oficial en Gales, relegando a los hablante galeses a un rango secundario. De esta manera se aceptaba la supremacía del inglés y se adjudicaba al galés una posición socio-económica más baja, siendo el inglés la única lengua permitida en los asuntos políticos, administrativos, legales y públicos. Poco a poco la nobleza comenzó a enviar a sus hijos a Inglaterra para que fueran educados, produciéndose una anglinización de la misma, lo cual originó la ruptura del marco cultural en el que el galés se había desarrollado. De forma paulatina el inglés se asociaba con la educación y el galés con el hogar, el campo y personas iletradas. También los registros escritos en galés fueron siendo reemplazados por los registros en inglés, así que primera vez en su historia el galés se estaba deteriorando. En este sentido fueron premonitorias las palabras de William Salesbury avisando de que tales tendencias serían catastróficas de no ponerse remedio. 

Sin embargo, dos movimientos se encargaron de frenar el proceso de decadencia: uno fue el Renacimiento y el otro la Reforma. La Reforma concretamente, por medio de William Salesbury, William Morgan y Richard Davies, hizo hincapié en la necesidad de presentar el evangelio al pueblo en su propia lengua, lo cual hizo que la traducción de la Biblia se realizara al galés.

En 1563 un Acta del parlamento ordenaba a los obispos que la Biblia galesa y el Libro de Oración Común en galés fueran puestos en cada iglesia, lo que provocó un resurgimiento de la lengua galesa, pues la traducción de la Biblia al galés que empezara William Salesbury y concluyera William Morgan era una obra maestra. Se estima que entre 1546 y 1695 se imprimieron un total de 170 libros en galés.

Durante el siglo XVIII, con el avivamiento metodista, el galés aumentó aún más su escala y posición, siendo el vehículo para expresar todas las inquietudes religiosas de la gente. El evangelio tenía una fuerza dominante en Gales en ese siglo y el siguiente, produciéndose la creación de innumerables escuelas para enseñar a los campesinos la Biblia en su propia lengua; la vida social giraba en torno a la iglesia y las predicaciones al aire libre y las discusiones teológicas llevadas a cabo en galés mostraban que la lengua no sólo estaba confinada a los lugares de adoración, sino que afectaba todos los aspectos de la vida, siendo estimada como algo valioso. La vida se podía vivir plenamente en galés, a pesar de que no tenía reconocimiento oficial.

Pero a comienzos del siglo XX se produce un nuevo declive del galés a causa de la industrialización del lado oriental del País de Gales.

La lengua galesa tiene la característica de denominar a algunas de las ciudades en las que se habla con los nombres más peculiares que se puedan imaginar, como Betws-y-Coed, Penrhyndeudraeth y Pent-bont-rhyd-y-beddau.

Datos

La lengua galesa es hablada por unas 600.000 personas, lo que equivale a la cuarta parte de la población de Gales.

Dialectos

El galés coloquial, en distinción al galés literario, tiene cuatro dialectos o zonas dialectales: la norocidental (Venedotiano), la nororiental y central (Pwysiano), la sudoccidental (Demetiano) y la sudoriental (Gwentiano), que corresponden, respectivamente, en líneas generales a los condados de Gwynedd, Clwyd y Powys, Dyfed y los tres Glamorgans y Gwent.

Escritura


Juan 1:1-8 en galés

Gramática

Lo mismo que el bretón, esta lengua ha perdido las desinencias de caso, no así las de conjugación verbal, que son muy ricas. Como en todas las demás lenguas celtas la inflexión o la alternancia de las consonantes juegan un papel muy importante. Posee una escritura fonémica, con lo que desaparece la ambigüedad fonética; en muchas ocasiones un hablante galés sabrá, a partir de su escritura, cómo se pronuncia una palabra que no haya visto antes.

La letra w puede representar tanto una vocal como una consonante, y sin embargo la letra y siempre representa dos fonemas vocálicos. La consonante f representa un fonema labiodental fricativo sonoro como la v del catalán; su equivalente sordo, el fonema /f/, se representa por el dígrafo ff; el fonema interdental fricativo sordo /q/ se representa por dd y el sonido /th/ por la misma grafía. Ha fracasado el intento de pronunciar la grafía ll, que representa un fonema lateral fricativo sordo. El galés tiende a la acentuación grave de las palabras polisílabas y posee una entonación característica.

Los 27 grafemas actuales del alfabeto galés reflejan los usados en la traducción de la Biblia hecha en 1588 y son los que aparecen en la figura lateral.