La lengua danesa es la
lengua escandinava que ha estado sometida al mayor número de cambios a
partir del escandinavo antiguo. Durante la Edad Media perdió su sistema de
casos, mezclando los géneros masculino y femenino en un género común,
adquiriendo muchas palabras bajo alemanas así como sufijos y prefijos del
contacto con los comerciantes de la Liga Hanseática. La característica más
sobresaliente de su sistema de sonidos es la glotal oclusiva (stød),
derivada de lo que originalmente fue un acento tonal. El orden de la oración es sujeto, verbo y objeto, aunque complemento,
verbo y sujeto también es posible para hacer énfasis.
El danés moderno tiene dos casos (nominativo y genitivo) y dos géneros (masculino y femenino). Uno de sus rasgos más característicos es su modo de articulación sonora, que tuvo su origen en el acento tonal. El acento tónico va en la primera sílaba de la palabra raíz. El danés tiene dos
géneros: común y neutro. El artículo determinado es -en para nombres comunes y
-et para los neutros, siendo -ene la forma del plural para ambos géneros. Los casos se efectúan como en inglés, por
medio de preposiciones, salvo el genitivo que tiene marcador específico: -s. La numeración del 1 al 10 es la siguiente:
en, to, tre, fire, fem, seks, syv,
otte, ni, ti; 11 elleve, 12 tolv, 13 tretten, 20
tyve, 30 tredive, 40 fyrre, 50 halvtreds, 60 tres, 70
halvfjerds, 80 firs, 90 halvfems, 100 hundrede. Los pronombres
personales en sus formas nominativa primera y segunda persona son: jeg, du; plural
vi. La tercera persona distingue género en el singular: han,
hun, den 'él, ella, ello'. Los pronombres posesivos en primera persona son
min, mit, mine; segunda persona din, dit,
dine y primera persona plural vor, vort, vore.
La tercera persona es hans, hendes, dens/dets. La segunda y tercera persona plural es:
jeres, deres. El interrogativo es hvem '¿quién?',
hvad '¿qué?'. El adverbio de negación es ikke. Los verbos son transitivos-intransitivos,
débiles y fuertes, teniendo voces activa y pasiva y modos indicativo e imperativo con vestigios del subjuntivo. La
partícula negativa es el adverbio ikke. La formación de las
palabras se forma, como en alemán, por prefijación, sufijación y composición. El orden
de la frase es sujeto, verbo y objeto, aunque por énfasis es posible objeto,
verbo y sujeto.
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