La historia de los wa,
también conocidos como lawa, va, hkawa, kawa,
o kala, no
es conocida pero la mayor parte de los grupos que lo componen han estado
en su actual ubicación montañosa por mucho tiempo. Los wa han resistido
invasiones en su territorio y los que no son budistas han tenido poco
contacto con otros grupos. Viven en un relativo aislamiento en las laderas
de las altas montañas.
El largo aislamiento de los wa ha reforzado su
merecida reputación de cazadores de cabezas. En cada aldea
se guardaba en una cueva una colección de calaveras para asegurar el
bienestar de sus habitantes. Según la religión de los wa la posesión de
estas calaveras impedía a los fantasmas andar errantes demasiado lejos y
retenía a los espíritus de los muertos más cerca con el fin de conjurar
los males que podían dañar la aldea, causar enfermedades y estropear la
cosecha. Las épocas de siembra y cosecha eran especialmente importantes y
cada año una pequeña banda de wa dejaba la aldea en busca de nuevas
cabezas. Se ponían emboscadas y los viajeros eran muchas veces las
víctimas. Hasta hace pocas décadas la región de los wa era evitada por
birmanos, chinos y extranjeros.
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