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Nociones básicas
Las últimas inscripciones nabateas son del siglo IV d. C., pero hay tres inscripciones árabes del siglo VI que representan una etapa temprana del alfabeto árabe. El desarrollo del árabe a partir del nabateo puede apreciarse en la figura inferior.
Entre estas inscripciones pre-islámicas (figura inferior) hay una trilingüe (griego-siríaco-árabe) datada en 512 d. C., una bilingüe (griego-árabe) de Harrān (568 d. C.) y otra de fecha desconocida de Umm el-Jimāl, que debe ser del siglo VI d. C. Hay un fuerte vínculo entre esos tres textos pre-islámicos y las inscripciones nabateas cursivas y los graffitis del Sinaí. La figura inferior muestra la inscripción de Harrān, en la que un tal Sharāhil, hijo de Zālīm, registra haber construido el martyrum en el año 568, un año después de la destrucción de Jaybar en el norte de Arabia.
La figura inferior muestra la inscripción de Umm el-Jimāl, descubierta por Enno Littmann en una iglesia de esa localidad, que es una población al norte de Jordania. La inscripción está en un monumento erigido en memoria de un tal Ulaih, hijo de 'Ubaida, secretario de una cohorte romana, estacionada en la región.
La figura inferior muestra la inscripción trilingüe greco-siríaca-árabe de Zebed, ciudad del norte de Siria, cerca de Alepo; fue hallada en el dintel de un martyrium y datada en el 512 d. C. El texto árabe consiste de nombres personales.
La figura inferior muestra la relación entre el alfabeto árabe y otros derivados del arameo.
Mientras que algunas tribus árabes se asentaron en Hatra, Edesa y Palmira, los árabes nabateos emigraron hacia las tierras bíblicas de Edom, estableciéndose en Petra. En Nehemías 2:19 y 6:1 se menciona a un cierto Gesem el árabe entre los enemigos del pueblo judío, y es muy probable que esta persona fuera el padre de 'Qainu, hijo de Gesem, rey de Cedar.', cuyo nombre aparece en letras arameas en un cuenco de plata dedicado a la diosa árabe Han-'Ilat, hallado en Tell el-Maskhuta en el wadi Tumilat, en Egipto.
La inscripción más antigua en lengua árabe es la de Namāra (figura inferior), si bien su escritura es nabatea.
Pero en un templo nabateo dedicado a la diosa Allāt, en la tierra de Madián sobre Jabal Ramm a unos 50 Km. al este del puerto de Akaba, se encontró una inscripción (figura inferior) en árabe arcaico de fines del siglo IV. El texto publica el orgullo de un hombre seguro de sí mismo que salió al mundo e hizo dinero. Es una inscripción bilingüe en el que el otro sistema de escritura es tamudeo con una lectura vertical de arriba hacia abajo.
Una página primorosamente decorada de un Corán del siglo XVI (abajo), esta caligrafía se realizó en estilo Naskhi.
En las figuras inferiores tenemos una variada muestra de bella caligrafía árabe en base a un pasaje del Corán que dice:
que quiere decir:
La escritura cursiva se refleja en la figura inferior, que son los primeros ocho versículos del capítulo 1 del evangelio de San Juan. En ese texto las vocales van incluidas para una mejor lectura e interpretación del mensaje. Dichas vocales, (a, i, u), son los pequeños signos diacríticos que van por encima y debajo de las letras.
La escritura árabe consiste en 29 signos de letras, formados sobre los 22 signos consonánticos semíticos primitivos, más otros siete destinados a representar los matices más finos de pronunciación requeridos por la lengua árabe. El sistema de vocalización es relativamente simple y consiste en signos vocálicos escritos encima o debajo de la consonante que precede a la vocal, más un signo indicativo de la ausencia de vocal. Probablemente el siríaco tiene el honor de ser el antecesor de las notaciones vocálicas supra y sublineales que luego el judaico y el árabe harán propias. Algunos eruditos afirman que el alfabeto árabe se derivó del siríaco. La figura inferior muestra un ejemplo de vocalización, la letra b, en esos tres sistemas de escritura.
La figura inferior muestra el alfabeto árabe y su transcripción en alfabeto romano.
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