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Familia Austronésica

Historia

El nombre 'austronésico' deriva del griego y su significado es 'islas meridionales', habiéndose aplicado dicho nombre a la familia de lenguas que es hablada, salvo pocas excepciones, en una zona que abarca las islas situadas entre oriente y occidente, por un lado, y los trópicos al norte y el sub-antártico al sur.

La aceptación de una primera división dentro de la familia austronésica entre las lenguas de Formosa o Taiwán y las malayo-polinesias es consistente con los datos arqueológicos que señalan a un proto-austronésico como a la lengua antecesora de todas las lenguas austronésicas y que habría estado situado en Taiwán y sus cercanías hace entre cinco y siete mil años.

Una combinación de los hallazgos lingüísticos y arqueológicos nos permite imaginar el modo de vida de los hablantes del proto-austronésico; se dedicaban a la pesca y a la agricultura, cultivando taro, bananas, caña de azúcar, cocos y posiblemente arroz. También criaban cerdos y posiblemente perros y pollos, aunque no domesticaban ovejas, cabras o ganado. Desarrollaron excelentes artefactos para navegar, dado su entorno marítimo, lo que jugó un gran papel en la diseminación de las lenguas austronésicas.

Parece que el origen de las lenguas austronésicas hay que buscarlo en la isla de Taiwán, desde donde se expandió hacia el sur, hacia las Islas Filipinas, lo que originó una diversificación entre las lenguas austronésicas de Taiwán y el resto, conocidas estas últimas como malayo-polinesias. A su vez éstas se dividieron en las malayo-polinesias occidentales y las malayo-polinesias centrales-orientales. Entre las malayo-polinesias occidentales estarían las lenguas de Java, Sumatra, Borneo, Filipinas y Célebes. En algún momento una de estas lenguas -o tal vez las austronésicas de Taiwán- se esparcieron hacia las Islas Marianas, en la Micronesia occidental. Es decir, tomando sólo la gran rama malayo-polinesia, podríamos a grandes rasgos clasificarla en las siguientes categorías:

  • Occidental, centrada en Indonesia y Filipinas y extendida hasta Madagascar y Micronesia. El noventa y ocho por ciento de las lenguas austronésicas se hallan en esta categoría.

  • Oriental, con no más de 2 millones de hablantes que viven en miles de islas esparcidas por una zona inmensa del Océano Pacífico. Esta rama se subdivide a su vez en las siguientes:

    1. Polinesias

    2. Melanesias

    3. Micronesias

Las veintidós lenguas aborígenes de Taiwán constituyen, pues, el núcleo original de donde se derivan las seis ramas originales de la familia austronésica, mientras que las novecientas lenguas austronésicas fuera de Taiwán pertenecen a una sola rama, la malayo-polinesia.

Datos

De las cinco o seis mil lenguas que se hablan hoy en el mundo, unas dos mil se hablan en la zona de Oceanía e Insulindia, perteneciendo, salvo raras excepciones, a tres familias lingüísticas: austronésica, papuana y australiana. La familia austronésica, antiguamente conocida como malayo-polinesia, es posiblemente la más numerosa del mundo, siendo ciertamente la más extendida geográficamente de todas, aparte de la indoeuropea. Los datos que se manejan suponen que un 20 ciento de todas las lenguas del mundo son austronésicas. Se calcula que hay unos 240 millones de personas que hablan lenguas de esta familia.

Dialectos

Las lenguas de la familia austronésica son las lenguas aborígenes de Taiwán, las lenguas de Filipinas, la mayor parte de las lenguas de Malasia e Indonesia excepto en la provincia indonesia de Irian Jaya, todas las de Madagascar, muchas lenguas de las costas e islas de Irian Jaya y Papúa-Nueva Guinea y las lenguas de las islas del Pacífico, cubriendo en total una distancia desde Madagascar hasta la isla de Pascua de 15.000 kilómetros. También se hablan en algunos puntos de Vietnam y Camboya.

La continuidad geográfica de las lenguas austronésicas se interrumpe masivamente por un inmenso grupo de lenguas papuanas o no-austronésicas, esparcidas en un área desde el este de Indonesia por toda Papúa-Nueva Guinea hacia las Islas Salomón. Se conoce muy poco acerca de la relación genética de esas lenguas no austronésicas con otras y lo único cierto que se sabe es que no constituyen una sola familia.

Las lenguas austronésicas se dividen en dos grandes ramas, estando uno de ellas limitada a la antigua isla de Formosa o Taiwán.

  • Formosiano que se divide en tres grupos:

    • Tsouico, que consiste del tsou y es hablado por unas 500 personas en las montañas de Taiwán.

    • Atayálico, formado por el tayal o atayal, con 40.000 hablantes en el norte de la isla y seediq, del cual el taroko es el principal dialecto, con 25.000 hablantes en el norte de Taiwán.

    • Paiwánico, que consiste del paiwán con 53.000 hablantes en el sur y suroeste de las montañas de Taiwán, amis con 130.000 hablantes en la costa este de Taiwán y una docena de lenguas menores.

  • Malayo-Polinesio, que fue un término que durante mucho tiempo sirvió para referirse a toda la familia austronésica y ahora se usa para designar a una de las ramas de esta familia. Esta rama se subdivide así:

    • Malayo-polinesio occidental, que incluye un gran número de lenguas entre las que están algunas de las más numerosas de esta familia. Aquí va una lista no arreglada en términos genéticos sino geográficos de esta rama. En Micronesia, estas tres lenguas pertenecen a este grupo: chamorro, hablado por 73.000 personas de las cuales 60.000 viven en Guam y 13.500 en las islas Marianas septentrionales), palauan o palau (con 15.000 hablantes en Belau, Guam y las Carolinas occidentales) y yapese con 5.000 hablantes en Yap, Islas Carolinas). La posición del yapese en este grupo está cuestionada por muchos ya que nadie ha demostrado su pertenencia al mismo. De hecho algunos estudiosos afirman que pertenece al grupo oceánico de lenguas.

      Las lenguas de Filipinas también pertenecen a este grupo e incluyen entre otras al tagalog, también denominado pilipino, lengua nacional hablada por más de 10 millones de personas que la tienen como lengua materna y un número mayor que la usan como segunda lengua, cebuano, con 12 millones de hablantes, ilocano con más de 5 millones, hiligaynon con más de 4 millones y samar-leyte o waray-waray con más de 2 millones.

      Las lenguas de Indonesia, exceptuando Irian Jaya, en la parte occidental de Nueva Guinea donde se hablan lenguas papuanas, Malasia y Madagascar. La lengua indonesia (bahasa indonesia) tiene más de 7 millones de nativo hablantes y más de 100 que la usan como segunda lengua; su variante el malayo (bahasa malayo) lo hablan más de 17 millones de personas de los cuales 10 millones viven en Indonesia y el resto en Malasia; la javanesa con 70 millones de nativo hablantes, bugis o buginés o bugi, hablado por 3 millones de personas que viven la mayoría en las islas Célebes, madurés, con 9 millones de hablantes, balinés hablado por 3 millones y malgache con 10 millones en la isla de Madagascar, en África.

      En el Asia continental además del ya mencionado malayo hay un cierto número de lenguas austronésicas esparcidas en bolsas lingüísticas que pertenecen a esta rama, entre las cuales está el grupo chámico de lenguas cuyos hablantes viven esparcidos por Vietnam y Camboya. Esta rama de las lenguas austronésicas también incluye los registros escritos más antiguos de la familia atestiguados por las inscripciones chámicas que datan del 829 d. C., las antiguas inscripciones malayas del 683 d. C. y las antiguas javanesas que proceden del siglo IX d. C. Todas estas lenguas fueron escritas en sistemas de escritura prestados de la India.

    • Malayo-polinesio central-oriental que se subdivide en dos grupos:

      • Central, que incluye varios cientos de singulares lenguas habladas en las Molucas y en las Islas Sunda.

      • Oriental, que se subdivide en dos categorías:

        • Halmahera meridional-Nueva Guinea occidental, que incluye unas 45 lenguas minoritarias habladas en su mayor parte en la costa de Irian Jaya (Indonesia) y en otras partes costeras de Nueva Guinea.

        • Oceánico, que contienen 450 lenguas, es decir, la mitad de las lenguas austronésicas. Este grupo se divide y subdivide en numerosas ramas, estando las más pequeñas de ellas localizadas en la costa de Nueva Guinea e islas adyacentes, en Vanuatu (Nuevas Hébridas) e Islas Lealtad, que están bajo administración de Nueva Caledonia. La rama más importante del grupo oceánico es el oceánico remoto, que cubre la mayor parte de Micronesia y toda Polinesia. Dentro del oceánico remoto se pueden destacar el fiyiano con 290.000 hablantes nativos y otro medio millón que lo hablan como segunda lengua, el rotuman.

Escritura

Los documentos escritos más antiguos en lenguas austronésicas son tres inscripciones malayas del sur de Sumatra del siglo VII d. C. En lengua cham, la lengua indianizada del reino de Champa en Vietnam central, tenemos la inscripción más antigua fechada en el año 829 d. C., aunque hay inscripciones sin fechar que pueden ser anteriores. Una inscripción en piedra de Java central está fechada en el 832 d. C. y testifica del alto prestigio del malayo en regiones donde no era lengua nativa.

Mucho del material epigráfico en cham y malayo está fuertemente relacionado con el sánscrito y algunas inscripciones de Champa y Sumatra meridional están enteramente en sánscrito. Estas inscripciones están escritas en alguno de los sistemas de escritura hindúes meridionales. Tras la introducción del Islam y antes de finales del siglo XIII la escritura árabe comenzó a usarse para escribir en malayo y algunas otras lenguas de Indonesia occidental. Hacia finales del siglo XX casi todas las lenguas austronésicas se escribían en alfabeto romano, aunque el árabe (llamado jawi en malayo) todavía se usa en ciertos contextos en malayo, acehnés y otras lenguas de Indonesia occidental.

Los documentos europeos más antiguos de la familia austronésica son dos cortos vocabularios recopilados por Antonio Pigaffeta, el cronista italiano de la expedición de Magallanes de 1519-22. Algunos barcos holandeses con destino al sudeste asiático insular se detuvieron en Madagascar con el resultado del reconocimiento genético del malgache con el malayo. para el siglo XVII los holandeses en Indonesia y Taiwán y los españoles en las Filipinas y Guam compilaron las primeras descripciones sustanciales de lenguas austronésicas.

Hacia principios del siglo XVIII el erudito holandés Hadrian Reland indicó que había una extensión de las lenguas malayas hacia el Pacífico occidental. Tras los viajes del capitán Cook de 1768 a 1780 se estableció la similitud de las lenguas polinesias entre sí y su similitud al malayo, aunque se creía incorrectamente, sobre la base de cuestiones raciales, que las lenguas de Melanesia no estaban relacionadas con la de Polinesia ni con ninguna otra.

Gramática

Existen un gran número de préstamos del árabe en las lenguas de Malasia y de Indonesia, sobre todo por la influencia del Islam; también hay préstamos de las lenguas indoarias de la India, sobre todo por el comercio, pero a pesar de tales préstamos las lenguas austronésicas se han mantenido similares en su vocabulario básico.

A pesar de la vasta zona geográfica que cubren, las lenguas austronésicas comparten bastantes características gramaticales; muchas lenguas de esta familia tienen un escaso número de vocales y consonantes, siendo las lenguas polinesias las más económicas de todas. El hawaiano, por ejemplo, sólo tiene 8 consonantes: /w/ /m/ /p/ /l/ /n/ /k/ /h/ más la oclusiva glotal /'/ y 5 vocales: /a/ /e/ /i/ /o/ /u/. Algunos sistemas consonánticos más complejos, situados en Melanesia, son atribuidos a la influencia de las lenguas vecinas no austronésicas. Las sílabas abiertas predominan en esta familia y esa tendencia se advierte en nombre polinesios tales como Ta-hi-ti, Sa-mo-a, Ho-no-lu-lu, u-ke-le-le y a-lo-ha.

Las lenguas austronésicas son aglutinantes, es decir, la composición de palabras se forma a partir de la combinación de otras ya existentes, lo que simplifica el trabajo de crear nuevas palabras sin necesidad de préstamos. Esta tendencia se aprecia sobre todo en el malgache, donde la creación de palabras malgaches nativas ha sido preferida a la adquisición de otras prestadas de otras lenguas.

Eso supone que las nuevas palabras a veces son muy largas; por ejemplo, zava "ser iluminado" se convierte en fahazavana "iluminación" (faha es un prefijo nominal que expresa el estado) y de ahí fahazavan-tsaina "inteligencia", pues saina es "mente". No obstante, esto no quiere decir que el malgache no tenga préstamos; los tiene, especialmente del bantú, árabe, y posteriormente del francés e inglés.

La reduplicación (completa o parcial de una palabra) es un fenómeno muy extendido en las lenguas austronésicas, de ahí otra vez la aparición de palabras muy largas; por ejemplo, en samoano la palabra mata "inmaduro" es reduplicada para convertirse en fa'amatamata "crudo". Esa reduplicación, a veces, se acompaña por un cambio en el sonido inicial del elemento reduplicado.

Otra característica de las lenguas austronésicas es la distinción entre posesiones alienables y posesiones inalienables, es decir, posesiones que pueden ser transferidas y las que son intransferibles; en samoano, por ejemplo, "mi brazo" (parte inalienable del cuerpo) se expresa de forma diferente a "mi galleta", posesión que puede pasar al dominio de otro.

le masi

a

a'ue

la galleta

(posesivo)

mía

le lima

o

a'u

el brazo

(posesivo)

mío

Hay un amplio número de lenguas austronésicas que hacen un gran uso de construcciones pasivas, llegando a alcanzar, en malgache y maorí, hasta un 70 por ciento en un texto narrativo; es decir, en vez de decir "el pescador pescó el pez", se dice "el pez fue pescado por el pescador". En este sentido existe también el uso de un imperativo pasivo; compárense las siguientes frases: 

Manaraha

ny

mpampianatra

Sea seguido

el 

profesor

Araho

ny

mpampinatra

Sigue

al

profesor

Algunas lenguas austronésicas son ergativas y se discute si el proto-austronésico lo fue también. Otras característica, aunque ya desaparecida, de esta familia de lenguas es la existencia de un sub-sistema de vocabulario dependiendo de la casta social a la que se perteneciera. En Oceanía esto se conoce como "la lenguaje del jefe"; es decir, al hablar a jefes o de jefes la gente usa palabras especiales para "comer", "dormir", "andar","morar", etc. También es posible que sólo los jefes usaran ciertas palabras que eran consideradas sagradas para el hombre corriente. Este vocabulario especial todavía está en vigor en la lengua javanesa, que pertenece al grupo austronésico occidental.

El orden de la frase es verbo, complemento y sujeto en Taiwán, Filipinas y partes adyacentes de Borneo y Célebes; sujeto, verbo y complemento en Indonesia occidental, oriental y Melanesia. Un cierto número de lenguas austronésicas de Nueva Guinea son sujeto, complemento y verbo, como resultado del contacto con las lenguas papuanas. Las lenguas polinesias son verbo, sujeto y objeto, como en Madagascar.